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Como capitalista de riesgo de cuarta generación, la visión de Tim Draper es crear modelos disruptivos en varios sectores. Es un defensor declarado de las criptomonedas y un ávido defensor de la innovación. Tras haber financiado empresas mundiales como Robinhood, Coinbase, SpaceX, Hotmail, Skype y Tesla, está comprometido con la transformación de los modelos educativos tradicionales de bajo rendimiento en Estados Unidos.

Fundó la Universidad Draper en 2012 y puso en marcha un programa de preaceleración llamado Hero Training con la firme convicción de que el emprendimiento se puede enseñar.

El éxito de su carrera permitió a la Universidad Draper alejarse de un modelo que refuerza las prácticas empresariales de la era industrial y promover, en cambio, filosofías pedagógicas en las que los graduados definen sus propias trayectorias de liderazgo. En este hotel convertido en preacelerador empresarial, el objetivo es proporcionar a los jóvenes, de una edad media de 25 años, los recursos y las conexiones necesarias para impulsar la innovación.

Tim Draper introdujo lo que aprendió de la industria del capital riesgo en un instituto de aprendizaje no estructurado pero estratégico. Normalmente, los graduados tienen que desaprender las creencias adquiridas a través del sistema educativo tradicional cuando entran en el espacio empresarial práctico. Por tanto, Tim Draper desmintió la suposición de que la enseñanza garantiza el aprendizaje.

La universidad selecciona a los estudiantes que están dispuestos a ser los primeros en adoptar este nuevo modelo y ampliar su visión empresarial. Los jóvenes líderes se sienten atraídos por el compromiso de Tim Draper con los ideales del libre mercado. Los estudiantes saben que si Tim Draper inventó el marketing viral antes de que nadie pudiera preverlo como fenómeno de Internet, también debe prever el mismo salto conceptual para la educación superior.

Así que en lugar de adoptar un sistema de educación ad hoc, dotó a los estudiantes de la Universidad Draper de las habilidades necesarias para sobrevivir en Silicon Valley, donde la mayoría de las startups fracasan. Lo hizo inculcando a los graduados un compromiso con el impacto global, antes que nada. Explicó las reglas que funcionaban en Silicon Valley. Prescindió de las clases prescriptivas basadas en la premisa de que los expertos con el rotulador de la pizarra blanca saben mucho más que los estudiantes. En su lugar, enseñó a los estudiantes a crear lo que quisieran siempre que sirviera a las comunidades y generara competitividad. La Universidad Draper, después de 9 años, encarna ahora las herramientas para derribar las estructuras monopolísticas para que, en última instancia, la sociedad pueda nutrirse.

En la Universidad Draper, hay ahora más de 2.000 ex alumnos de más de 86 países que replican el modelo disruptivo de Tim-Draper en sus países de origen y en los Estados Unidos. Los resultados son fenomenales: se han creado más de 700 startups que han recaudado más de 367 millones de dólares.

El objetivo de la Universidad Draper es proporcionar una formación transformadora a favor de la empresa y el espíritu empresarial. Los programas de aprendizaje son sustancialmente únicos. No sólo se trata de métodos no convencionales que ayudan a desmantelar los estilos de enseñanza tradicionales, sino que reflejan prácticamente los escenarios del mundo real y los métodos de aprendizaje pragmáticos. El aspecto más importante de esta metodología de aprendizaje es capacitar al estudiante para que adquiera conocimientos y habilidades. Se les enseña a ser directores generales permitiéndoles pensar como un director general en la propia institución. La brecha entre el mundo académico y la industria en la Universidad Draper casi no existe.